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Una joven está en el último piso de una multitienda tocando una gran alfombra persa, muy suave. No hay nadie alrededor.
Se acerca un vendedor:
V: ¿La puedo ayudar?
J: Me gusta la alfombra.
V: Buena elección, sienta su suavidad, lo mullida que es...
J: Pero es muy cara...
V: Mire, si Ud. se desnuda sobre la alfombra y cuando la penetre no dice nada, se la lleva gratis.
J: Ya poh!
La joven regresa a su casa llorando, la recibe su madre y le pregunta qué le pasó y la hija le cuenta lo sucedido.
J: Y sacó la media pichula y cuando me la puso llegué a gritar! Así que se aprovechó de mí y no pasó ná con la alfombra.
M: Esto es un abuso, voy a reclamarle a ese vendedor sinvergüenza!
Parte la mamá indignada a la tienda, encuentra al vendedor y le reclama su actitud de abusar de una joven.
Pero el vendedor le ofrece el mismo trato y la señora acepta.
Al rato llega la mamá de vuelta a la casa y le cuenta a su hija y a la abuela lo que le pasó.
M: Y cuando me la iba a meter yo me mordí los labios, pero igual se me salió un quejido y el maricón me dijo que no me podía llevar la alfombra.
La abuela se mete en la conversación y les dice:
A: Ustedes son unas calientes, en lugar de reclamarle al Gerente aguantan que un tipo se las meta. Yo voy a la tienda a arreglar esto.
A la hora llega de regreso a la casa con la alfombra enrollada al hombro.
La mamá y la hija saltan de alegría:
M-J:¡Bien abueli! Pusiste en su lugar a ese CTM...
A: Naaaa, vengo a lavar la alfombra porque me cagué cuando me la puso...