¿En qué me baso para hacer esta aseveración? -La verdad esto no es más que una falacia, puesto que, al ser el Ser humano el único animal en la Tierra con la capacidad de razonar -o por lo menos eso es lo que se sabe hasta ahora-, no puede ser catalogado como el más inteligente o, en su defecto, como el más estúpido, puesto que no existe punto de comparación. Se calcula que la Tierra surgió hace más de 4.600 millones de años, y que la vida en ella apareció hace más de 3.000 millones contando hasta el día de hoy. Sin embargo, se cree que la vida humana apareció tan sólo hace 3 o 4 millones de años. ¿Tan sólo? -Sí, y no digo que sea poco tiempo, sino que relativamente es 1.000 veces menor a la de la vida en el planeta. Ahora al por qué del título: El planeta albergó vida no-humana casi 3.000 millones de años (En teoría más de 2.996 millones) y, fuera de catástrofes naturales, siempre se mantuvo un ecosistema estable, donde existían depredadores que mantenían un equilibrio. En cambio, bastó sólo una milésima parte de ese tiempo para que la presencia humana desequilibrara todo, generando el caos en un ecosistema hasta ese momento estable, logrando liquidar millones de especies y generar miles de problemas medioambientales, algunos de ellos aún irreparables. Teniendo en cuenta esto, es totalmente absurdo que, tan ególatramente, sigamos diciendo que somos el animal más inteligente del planeta. Sin ir más allá, hay quienes aseguran que fuimos “los elegidos” para ser los únicos seres pensantes y, por ende, los encargados de generar “avances” y de ir mejorando la vida cada vez más. Quizás no sería una mala idea, pero nadie tuvo en cuenta que al ser los únicos seres racionales, tenemos per se la facultad de ser estúpidos. Finalmente, y de una manera casi tragicómica, todos los “grandes avances” que ha logrado la humanidad han terminado de una u otra manera alterando este perfecto ecosistema que alguna vez reinó en la Tierra, y ahora tenemos la cagá. Todo a sido usado para el bien de unos pocos y logrando el perjuicio de una gran, gran mayoría. Las grandes decisiones se hacen en base eventual mejora en la calidad de vida humana, pero no se dan cuenta de que por cada paso hacia adelante, se retroceden -por lo menos- dos. Es así que, el humano, en su afán de ser “el mejor” ser vivo en la Tierra, está destruyendo todo y juran que se está “avanzando” en la dirección correcta. Estoy convencido, y cada vez con más fervor, que la capacidad de raciocinio, lejos de lo que la mayoría cree, es una desventaja más que un don. Si no pensáramos, todo se mantendría en un equilibrio prácticamente incorruptible; pero, al poder pensar, lo hacemos de una manera tan limitada que -si se puede lograr una abstracción y con ello una mirada panorámica- nos hace dejar la cagá de una manera tan increíblemente poco notoria que creemos que estamos haciendo lo correcto.