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Ker91

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  1. Hola, quería saber si alguien tiene o sabe donde descargar (Sin gastar plata) partituras para piano de Enrico Pieranunzi. Eso simplemente, gracias de antemano. Acá dejo algunos vídeos. http://www.youtube.c...v=cfsUtlJ5-4c#! http://www.youtube.com/watch?v=saj8RK2m-is&feature=related http://www.youtube.com/watch?v=DSPsm76b_4o&feature=related
  2. Bueno, ya publicado el prólogo, ahora pongo el primer capítulo =B Capítulo 1 -¿Cuánto hemos recorrido?- Preguntó con cansancio Gerald. -Cerca de 25 Kilómetros.- Dijo inmediatamente Edward. -¿Y cuánto falta para llegar al espacio blanco? -Cerca de 105 Kilómetros.- Respondió, con un cansancio indisimulable. Luego ambos suspiraron al tiempo, sin darse cuenta de que habían causado una pequeña sonrisa en el rostro del tercer viajero que los seguía de cerca. Ya habían caminado lo suficiente para no escuchar el fuerte sonido del rio y del pueblo, pero no lo suficiente para perderlo de vista. Aún se encontraban en las rutas que ellos mismos habían trazado meses atrás, reconocían los árboles frutales, las marcas de los animales en estos, y sus propias marcas cuando se perdieron en un determinado momento. No mucho había cambiado, salvo las impredecibles ramas y arbustos que crecían y morían cada día. Pero pronto dejarían de ver aquellas marcas y se adentrarían en las rutas antiguas que sólo sus viejos padres conocían, aunque para eso faltaban exactamente. -30 Kilómetros, ya deja de preguntar.- Respondió molesto Edward a la misma pregunta que respondía cada mil metros que recorrían.- No puedo creer que haya aceptado a pasar 3 semanas contigo. -¿A qué te refieres?- Preguntó Gerald mientras comenzaba a enfadarse. -Y no puedo creer que preguntes eso.- Respondió mientras suspiraba y se tapaba la cara con su mano. -Suficiente…- Se abalanzó hacia él con intención de botarlo, y logró hacerlo.- Restriega tu cara ahora.- Decía mientras lo golpeaba con sus propias manos. -¡Quítate de encima!- Dijo antes de patearlo fuertemente en la cabeza provocando que ambos cayeran por un pequeño barranco. Rodaron unos 20 metros colina abajo hasta detenerse en el pie del barranco, sin dejar de pelear, y sólo se detuvieron al escuchar un fuerte rugido proveniente de lo más profundo del bosque que no habían escuchado antes. Un rugido profundo y gastado, de esos que te lastiman el alma sólo al escuchar, no era de los pumas que ya temían de los humanos, o de los lobos ya tan ancianos como los habitantes. No estaban seguros si un animal podía rugir de tal forma, ya que conocían de memoria cada sonido producido por el bosque, tanto demoraron en analizar el gruñido que Hero se tomó su tiempo, bajó tranquilamente por el barranco con el cuidado suficiente para no ensuciar siquiera la entre suela de sus zapatos, hasta encontrarse a unos metros de ellos. -¿Qué diablos fue eso? –Preguntó él con indiferencia mientras miraba hacia el mismo lugar donde miraban sus compañeros. -¿Tú me estás preguntando eso? –Dijo con sarcasmo Edward mientras se ponía de pie. –Esperaba que tú me lo digieras. -¿Acaso estás molesto por no saber algo? –Preguntó con soberbia Gerald mientras se ponía de pie. -No se puede saber de algo que desconoces, ni responder de lo que no comprendes. -¿Qué? -A eso me refiero.- Tales palabras provocaron que Gerald se preparará para rodar otros 20 metros colina abajo. -Ahora no es el momento. –Interrumpió Hero. -¿Qué quieres decir? –Respondió molesto Gerald. -Ahora tenemos que averiguar que fue eso, después de todo el rugido provino del lugar a donde nos dirigimos. –Dicho esto comenzó a caminar. -Espera. –Dijo Gerald mientras lo alcanzaba. -No puedo creerlo. –Pensaba Edward mientras se tapaba la cara con su mano. –Ahora resulta que hay que agregar a la larga lista de rarezas el gusto por los engendros desconocidos. –Comenzó a caminar. Recorrieron cerca de 15 Km sin descansar ni articular palabra alguna, y en menos tiempo del calculado, ya que el nuevo guía no se cansaba de apresurar el paso con cada mil metros que transcurrían. Ya en el 4 aire que utilizaban los agotados seguidores, ambos cayeron de cansancio boca abajo. -¿Les ocurre algo? –Preguntó Hero con extrañeza. -No absolutamente nada. –Dijo sin moverse del piso Gerald. -Aunque si descansáramos, eso seria verdad. –Dijo con sarcasmo Edward, sin moverse del piso. Él los vio con indiferencia y luego miró a donde se dirigía, volvió a mirarlos con indiferencia y volvió a mirar a donde se dirigía hasta que se decidió por retomar la caminata. -Espera, por favor, descansemos sólo un rato. –Dijo Edward rebajándose por primera vez en 5 años. -Si, el monstruo puede esperar. –Acotó Gerald Él volvió a mirarlos pero está vez con una minúscula pisca de compasión, y resolvió por sentarse tranquilamente a un lado de ellos. -Ya avanzamos más de lo planeado por hoy, además está anocheciendo, lo mejor será pasar la noche aquí, el clima se ve calmado y podremos ver si se acerca algún depredador. – Dijo Edward ya instalando una cama improvisada. -Sólo cállate y duérmete. –Dijo sin mirarlo el enojado viajero. -¿La criatura era tan importante para él? –Pensó con algo de miedo Gerald mientras seguía vigilando la zona. -Ahora está enojado conmigo por querer descansar. –Pensó Edward mientras suspiraba con enojo.- Aunque por lo menos ahora demuestra alguna de sus emociones, algo que pensé que nunca haría de nuevo. Desde que nos conocimos.
  3. No te disculpes XD, buenas sugerencias en verdad, y las ire tomando en cuenta, por los nombres sobre todo, es lo que mas me cuesta al escribir algo XD, en todo caso la historia ya tiene mas capítulos =D
  4. Luego de un tiempo de no aportar XD, ahora comienzo con un nuevo proyecto, bueno eso XD Prólogo Era un pueblo ni muy grande ni muy pequeño, ubicado al pie de una región montañosa antes de adentrarse a un denso bosque. Los habitantes gozaban de buena salud y compañía, los desastres del país poca influencia tenían en tan remoto lugar, el río brindaba vida y la tierra la capacidad para sustentarla. Era una vida tranquila, aunque quizás demasiado tranquila. De los cerca de 300 habitantes, sólo 3 eran menores de 50 años. El primero era Edward de 18, luego le seguía Gerald de 17, y Hero de 16, estos eran los únicos jóvenes que hasta ahora vivían en el pueblo. Gozaban de buena salud, buena compañía y nunca conocieron la miseria de las grandes ciudades, pero también ignoraban lo que era la vida además de levantarse, pescar, comer, cazar, volver a comer y dormir. Hasta que un día llegó el cuarto joven que pisó el pueblo, un extraño personaje con ropas coloridas y expresión de mismo tipo. Al momento en que llegó, los viejos habitantes se reunieron alrededor de él, en la vieja plaza fundada por el aún vigente alcalde, quien ordenó la situación y pidió silencio para que el extraño visitante anunciara su cometido. -Saludos pueblo olvidado.- Deja de hablar esperando una respuesta, pero al ver que nadie murmulla ni un suspiro retoma su discurso. - He venido de las lejanas tierras fuera de esta región, donde se comenta de una antigua leyenda relacionada con este recóndito lugar.- Volvió a callar esperando algún interés pero en ves de eso recibió una pregunta. -Si es tan retirado este lugar ¿Cómo es que se comenta tanto una leyenda que parecer ni nosotros mismos conocemos?- Farfulló con tono irónico una vieja fundadora -Buena pregunta, sagaz veterana, pero tu respuesta se explica fácilmente.- Rebatió algo molesto el visitante. –La verdad es que la leyenda es aún más vieja que este pueblo, y es tan vieja que sólo ahora se pudo encontrar el lugar correcto, por culpa de los viejos e inentendibles mapas. -¿Y de qué se trata aquella leyenda? –Preguntó el destartalado alcalde. -Aún mejor pregunta, se dice por todos lugares que en el bosque contiguo al pueblo se esconde un antiguo tesoro, el cual fue escondido de los invasores hace siglos. No se sabe su forma, su textura ni su tamaño, aunque el valor que tiene se mide por los sacrificios hechos por tal tesoro. -¿Qué sacrificios?- Preguntó Raro con su inexpresivo rostro. -Una prospera ciudad fue abandonada para trasladar el tesoro hasta esta región, de los cuales la mitad murieron en el viaje. El resto de la caravana cruzó este lugar durante el frio invierno, donde tuvieron que practicar el canibalismo para sobrevivir durante 4 meses. Los 20 restantes se adentraron en el bosque aún con el valioso tesoro entre sus asesinas manos. Aquellos fueron corrompidos por el valor del tesoro y se mataron entre si dejando a un joven matrimonio con él. El matrimonio siguió con el propósito original del viaje y escondieron el tesoro en algún lugar del bosque. Al volver fueron encontrados por un escuadrón enemigo y los torturaron hasta la muerte, dejando sólo esta bitácora de viaje y las últimas palabras de los desafortunados amantes: “Serán cegados por su brillante rojo carmesí”.- Luego de eso hizo una pausa esperando el asombro el cual está vez le fue correspondido. Luego de eso hizo una reverencia y siguió con su discurso. –Pero lo mejor está por venir. La caprichosa hija de su majestad ha pedido aquel tesoro para su cumpleaños número 17, y su padre ha prometido una enorme recompensa para quien lo traiga. Pero antes de ser un amoroso padre es un sabio rey y antes de ofrecer la recompensa a todo súbdito, me ha pedido que ofrezca la recompensa a los habitantes del pueblo más cercano al legendario bosque, ya que al vivir tanto tiempo al pie de la leyenda es lógico pensar que les corresponde buscar primero. Luego de tal exposición, hubo un gran asombro seguido por una profunda resolución, el visitante no comprendía tal reacción hasta que el más viejo de los viejos se abrió paso entre la multitud y carraspeó antes de emitir su opinión. -Antes de decir lo que voy decir, agradeceré tu esfuerzo ante tal laboriosa tarea, pero lamentablemente haz obviado algo importante. Nuestro pueblo dejo de conservarse hasta comenzar a descomponerse, nuestros oxidados huesos no soportarían tan exigente encomienda. Admiro mucho la manera en que piensa el aparecido monarca, realmente tiene bien merecido el derecho a ser descrito como sabio, pero lamentablemente deberá contratar un ejército profesional para adentrarse en el bosque sin nuestra ayuda, la cual, por razones inevitables, no podemos brindarle. De inmediato la alegre expresión del visitante cambió a un abatido rostro de los cuales sólo se ven cuando reciben noticias de muerte. Estaba apunto de decir algún construido argumento cuando lo interrumpe una joven voz. -Esperen un momento. Ya van 18 años de existencia y aún no me consideran parte de este pueblo. El uso de la memoria se ha hecho lamentable en verdad.- Ante el tono irónico de la declaración los viejos habitantes miraron al conocido joven con la misma mirada de odio que usaron por primera vez cuando aprendió a hablar a los 9 meses y medio.-Si lo que falta para llevar a cabo tal tarea es juventud entonces en este pueblo se encuentra lo necesario. -No sigas con esto Edward, aunque hallas cazado en el bosque, no te has adentrado lo suficiente como para conocerle en su plenitud, no tientes a tu suerte.-Le aconsejo su ya impertérrita madre. -Señora, no necesita preocuparse demasiado, hemos explorado más de lo necesario para buscar nuevas fuentes de alimento y de diversión, podemos arreglárnoslas con una simple búsqueda del tesoro.- Dijo animadamente Gerald antes todo el pueblo. -¡Ni siquiera lo pienses! No puedes ni con las tares más sencillas en tu hogar y deseas ir a buscar un tesoro quizás inexistente en el bosque en que te has perdido ya 270 veces en este año.- Exclamó el enojado padre. -Pero padre, yo puedo, quiero decir, nosotros podemos. -Como dije antes ¡Ni siquiera lo pienses! No sabes de por sí el lugar en donde comenzar a buscar. -Está en el espacio blanco del mapa.- Dijo sin inmutarse el extraño joven sin padres dejando en silencio a todo quien comentaba la humorística discusión. Luego de una incomoda pausa el enojado padre volvió a hablar. -Con mayor razón no dejaré que ninguno de los 3 vallan a ese lugar. -Señor de más de 65 años de edad.- Dijo con ironía el primer joven en hablar.- Somos perfectamente capases de realizar tal tarea, si no mal recuerdo hemos realizado proezas más difíciles, hemos perseguido un rebaño entero por 5 días devolviendo cada una de las ovejas a su respectivo corral. Hemos trazado rutas para las personas que no pueden elevar sus piernas más de 3 centímetros en el aire y también cazamos cada semana para todo el pueblo, creo que nos hemos ganado el derecho de perdernos unos cuantos días para buscar un tesoro quizás inexistente. Nuevamente causando miradas de odio, los viejos habitantes se resignaron ante las evidencias y aceptaron, luego de muchas discusiones, la improvisada expedición. Claro está que una de las condiciones fue que debían regresar antes de 3 semanas. Así prepararon los suministros para los viajeros y para los habitantes que estarían sin ellos durante al menos 21 días. Hasta que luego de 4 días de preparaciones se despidió a los 3 jóvenes que partieron en busca del legendario tesoro. Edward de 18 años, Gerald de 17 y Hero de 16.
  5. Ker91

    La parcela

    Muchas gracias, publicaré más a medida que pase el tiempo =D
  6. La parcela Cuando llegamos al lugar, nunca nos imaginamos lo que veríamos. Juan y Bastián no lo podían creer, estaba justo frente a nosotros saludándonos de manera humana, agitando su mano de lado a lado, con sus esqueléticos dedos estirados y apuntando hacia el cielo oscurecido. Era mirar y sólo eso, mirar, la imagen que se nos mostraba era demasiado para nuestras mentes, simplemente no cabía en nuestras cabezas que ese ser, con 4 ojos amarillos y sin boca nos saludaba, como si no le importara lo que se encontraba detrás de él. La razón por la cual habíamos ido a ese lugar. Nos encontrábamos en Santiago, o al menos cerca de él, en uno de esos enormes fundos de los alrededores de la capital. El tío de Bastián o su abuelo, no recuerdo bien en este momento, le había pedido que cuidara de su casa, ya que no confiaba demasiado en los empleados del lugar y Bastián, que no es amigo de los placeres tecnológicos del campo, nos invitó, más bien suplicó que lo acompañáramos durante las dos semanas que duraba su tarea. Desde un principio aceptamos la invitación – suplica de Bastián, de hace tiempo ansiábamos alejarnos del ajetreo y estrés rutinario de la ciudad, además de que nos ofrecían aquella gratuita estadía y honestamente no teníamos nada más planeado para las vacaciones. Al bajarnos del bus caminamos algunos kilómetros hasta llegar al fundo, era enorme, no se alcanzaba a ver la cerca que delimitaba con las tierras que eran de propiedad exclusiva del gobierno chileno y apenas se podía divisar la casona que debíamos vigilar. Llamamos a Bastián por el citófono, único objeto tecnológico del lugar, y llegó luego de unos minutos. Mientras nos conducía por los puentes improvisados para cruzar los canales, Bastián nos contaba sobre las leyendas del lugar, asegurando que cada noche, los antiguos empleados del fundo penaban a los crueles patrones de la época de la independencia. Juan luego preguntó acerca de los actuales empleados, de por qué su abuelo, o tío, no había dejado a su cargo la casa. “La verdad es que él nunca se ha relacionado mucho con ellos, salvo para dar ordenes menores” Dijo, “Pero resulta que hace unos años, muchas cosas de la casa comenzaron a desaparecer, y desde eso, dejó de confiar en ellos” Dijo después y dejó de hablar ya que llegamos sin darnos cuenta a la casona, que desde la entrada parecía una verdadera mansión. “Mucha gente tuvo que haber vivido aquí antes, tu familia podría transformar la casa en hotel, ganarían mucho” Dije, “No lo creo, es grande pero tiene muy pocas habitaciones, creo que su ostentosa construcción se debe a que los antiguos patrones querían humillar aún más a los empleados” Respondió Bastián, luego nos invitó a pasar y pudimos comprobar lo dicho hace poco. El living era simplemente exagerado, los 5 muebles que se veían eran patéticos comparados con el grabado en madera del techo o los inmaculados cuadros del siglo antepasado, en fin, fuimos después al segundo piso, donde estaban nuestras habitaciones. Allí lo que más nos sorprendió, si era posible después de ver el primer piso, fueron los 2 ventanales, en los cuales uno tenía plena vista de prácticamente toda la parcela a no ser por las gruesas cortinas que las cubrían de noche. Tal vez otra de las ostentaciones de los patrones sólo para mantener vigilados a los empleados. Dejamos de contemplar el atardecer y entramos a una de las habitaciones, dejamos nuestras cosas y jugamos cartas. Al rato después, nos dimos cuenta de que tan cansados estábamos por el viaje y nos acostamos en las recamaras contiguas. Me desperté durante la noche, cosa extraña debido a mi somnolencia. Salí de la cama y me dirigí al baño, como hago cada vez que despierto, sea la hora que sea. A esta edad ya no me asustaba la oscuridad, lo que más temía era cruzarme con algún mueble ya que no podía ver nada por las penumbras del campo, aún así llegué sin tropiezos a mi cama y me acosté nuevamente, me arropé con las acolchadas frazadas de lana natural y apoyé mi cabeza en la almohada de plumas, luego volteé mi cabeza al otro lado de la cama y pude notar que alguien, acostado en mi misma cama, me observaba con sus 4 ojos de amarillo brillante. Luego, por alguna fuerza, me volví a dormir. A la mañana siguiente, les conté a Bastián y Juan lo que ocurrió, más bien les grité desde el instante en que desperté. Ellos no me creyeron, que era lo más obvio, de alguna u otra forma lograron convencerme de que fue una pesadilla. Luego del desagradable despertar, como ellos así lo describieron, nos levantamos y comenzamos a “vigilar” la casona. Recorrimos las habitaciones en busca de alguna diversión, pero no había nada interesante, salvo por una baraja española, la cual no sabíamos utilizar, y un antiguo juego de mesa, al cual le faltaban la mitad de las piezas. Nos quedaban las cartas de la noche anterior y la increíble belleza del lugar, obviamente decidimos jugar naipes 2 horas hasta que la criada encargada viniera a preparar el almuerzo. Pasaron las dos horas y bajamos a recibir a la criada, la cual nunca se apareció, aunque eso no nos preocupó, ya que nos dimos cuenta de inmediato que a los 5 patéticos muebles del primer piso les faltaban 2 compañeros. Bastián se enfadó con los empleados y se dirigió a las viviendas de ellos. Nosotros, que no queríamos involucrarnos, nos quedamos en la casona. Juan intentaba descubrir, como se habían llevado una antigua cómoda de madera y un sofá sin producir el más mínimo ruido, y tenía razón de estar preocupado por eso, jugar a las cartas no es una actividad por la cual mis vecinos en Santiago se quejarían durante un fin de semana, y esos muebles tenían un peso considerable, además de que el ruido de las puertas principales retumbaba por toda la amplia casa. Juan dejó de pensar en aquello cuando Bastián entró algo enojado. “Se fueron, los muy cobardes se fueron” Dijo casi gritándonos. Resulta que Bastián fue a increpar a los empleados, sólo para descubrir que no se hallaba ninguno de los 23 miembros de la misma familia que trabajaba en el lugar, desde hace muchas generaciones. Juan trató de calmarlo, diciéndole que mañana iríamos a hacer la denuncia a carabineros, ya que ahora, caminar hasta el reten más cercano, sería muy peligroso, llegaríamos después de que anocheciera. Por lo tanto iríamos al día siguiente a primera hora. Llegó la noche y nos acostamos con diferentes emociones, Bastián furioso aún a causa de los empleados, Juan cansado y estresado de escuchar quejarse a Bastián durante todo el día y yo con miedo, a causa de la pesadilla que aún me parecía verdadera. En fin, a las 12:00 nos dormimos extrañamente al mismo tiempo. Desperté nuevamente por la luz cegadora del alba que entraba por el pasillo y daba hacia la cabecera. Me levanté de mala gana, como si no hubiera descansado nada, y me dirigí al baño, como siempre hago luego de despertarme. Al salir de este, me encontré con Juan, que despertó por la misma razón que yo. Parecía preocupado, miraba hacia al pasillo como si algo estuviera mal, y lo estaba, faltaban todos y cada uno de los muebles de este, los espejos de la pared, unos maceteros, un candelabro del techo e incluso faltaban los guardapolvos. Juan no estaba preocupado por las cosas que faltaban sino por el inminente estallido que se venía de Bastián, quien salía de su cuarto justo en ese momento. “…” No puedo decir lo que dijo, ya que no acostumbro a expresarme con tales improperios, los cuales Bastián tenía pleno conocimiento y manejo experto, quien mezclaba perfectamente los conocidos de la ciudad con los centenarios del campo. Luego del discurso expositivo, él le pidió a Juan su teléfono y este le respondió tranquilamente que no había señal en el lugar, aún así buscó su celular entre las cosas de su habitación, volvió al pasillo y lo abrió para prenderlo. Esa fue la primera vez que vi a Juan inquieto, o incluso sorprendido y nunca olvidaré sus palabras “Son las 3:00 de la madrugada”. Los tres miramos sorprendidos al ventanal por donde entraba la luz, pudiendo notar que se extinguía poco a poco, pero antes de que se fuera totalmente, Bastián alcanzó a notar que el resplandor provenía de la parcela de propiedad exclusiva del gobierno chileno. Se vistió rápidamente y bajó las escaleras, ambos adivinamos su obvia acción y nos preparamos para salir. Durante la caminata, nadie articuló palabra alguna, Bastián estaba convencido de que algo tenía que ver el hecho con la desaparición de los muebles y de sus empleados, Juan quería descubrir a toda costa lo que fue aquello, y yo por miedo, no quise quedarme sólo en la casona, que ahora se encontraba vacía literalmente, aunque tampoco quería saber lo que se encontraba detrás de la cerca de madera. Al no estar alambrada la saltamos sin problemas, el único obstáculo eran unos arbustos tan altos como nosotros y con espinas dolorosas, los cuales nos impedían el paso y la visión de nuestro alrededor, pero, casi como si nos hubiera leído la mente, el fulgor volvió nuevamente, aunque en menor cantidad, revelando así un sendero con el cual se podía atravesar más fácilmente la jungla de matorrales. Caminamos por él y cada segundo apresurábamos el paso, sentíamos miedo pero aún así la curiosidad nos ganaba. Ya no importaban nuestras intenciones, necesitábamos saber lo que había al otro lado del sendero. Al final de esté había una pared de matorrales, pero algo era diferente, no tenían las espinas de sus hermanos vegetales, la luz provenía detrás de esta pared lampiña de espinas. Sin mirarnos atravesamos la pared, a la mitad de esta tropecé con una raíz que sobresalía de la tierra, me levanté por pánico a quedarme sólo y corrí para llegar a la par de ellos. Al atravesar la pared, primero vi a Juan y a Esteban totalmente quietos, mirando hacia un cráter resplandeciente, no había duda, allí estaba lo que vinimos a buscar. Caminé hacia ellos, y pude ver con horror una extraña estructura de la cual emanaba la luz centellante, los muebles apilados ordenadamente a un lado de la estructura como si fueran recuerdos y una pila de cadáveres formada por los empleados, como si fueran ganado sacrificado. Entonces lo vimos, el ser de mi pesadilla que nos saludaba mientras nos observaba con sus cuatro ojos amarillos, no sabíamos como reaccionar, estaba fuera de nuestra capacidad de comprensión, pero desgraciadamente, luego escuchar como se movían los arbustos detrás de nosotros y de ver como se formaban nuestras sombras frente a nosotros, pudimos comprender, que aquel saludo, no era para ninguno de los tres.
  7. Gracias en verdad, en realidad este fue mi primer relato de suspenso, y pensé que sería mejor hacerlo corto. Muchas gracias en verdad =D.
  8. Bueno no se si aún se pueda poner alguna academia, ya que por lo que he visto, el tema se ha usado ultimamente para consultas más que nada, pero si se puede pondré el lugar donde practico =D 1.- Nombre de la escuela/academia: Do zen 2.- Dirección :Monte verde norte #06913, Villa "Faldeos de la viña III", Puente alto. 3.- Estilo: Aikido 4.- Federación / Asociación a la que pertenece: Aikido Aiki-Zen Goshin Jutsu 5.- Instructor o Maestro: Rodrigo Bastias / Cristian Gutierrez 6.- Referencias adicionales: Dojo muy personalizado con clases 4 veces a la semana (Lunes, miercoles, viernes y sabado). Con 2 horarios, de 4:30 pm a 6:00 om con el sensei Rodrigo Bastias y de 8:30 pm a 10:00 pm con el Sensei Cristian Gutierrez (Director de la escuela). Los sabados el entrenamiento es a las 10:30 am. El valor mensual es de 15.000 pesos, puede negociarse si se va menos dias a la semana. Somos una escuela pequeña con poco tiempo (2 años y medio aproximandamente). Mas información en la pagina http://dozen.cl/ (página en mantención)
  9. "Alisa se encontraba sola, como de costumbre, aunque no se encontraba en su casa, no, estaba en la antigua mansión de los Lucio contemplando la paz de la oscuridad, aunque algo le molestaba, un ruido, uno pequeño, pero molesto. Recorrió la casa que le habían ordenado cuidar por una semana para descubrir de donde provenía aquel irritante sonido, y lo hizo. Bajó las escaleras hasta llegar a la pequeña y rústica puerta del sótano, la abrió y pudo distinguir que el ruido era un goteo, aunque no podía verlo. Entró con la lámpara a parafina, y avanzó unos pasos, sólo para descubrir la razón de porque los Lucio nunca salían de su casa, ya que del techo colgaban los restos inertes de una joven que había desaparecido hace tanto tiempo que se olvidó su nombre. Y por el fuerte ruido que causó la rústica puerta la cerrarse comprendió, no con miedo, si no con rabia consigo misma, que sus restos servirían para atraer el próximo alimento de los Lucio, dentro de 10 años” Este es un cuento corto que no posee nombre, en lo personal me gustan los cuentos cortos pero de igual manera he escrito relatos largos y me encuentro creando una novela extensa =D
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