Esa mirada entusiasta,
algo alegre y paciente,
aquella que me da hasta escalofríos a veces,
esa que siempre está disponible
pero nunca la capto;
esos dos cuchillos afilados,
que me intimidan al primer contacto,
aquellos ojos que saben dónde buscar,
que encuentran todo donde no hay nada,
que realmente saben buscar,
hasta al punto de producir temor.
Aquellos ojos intrépidos,
profundos, intensos,
llenos de vigor, energía,
esas dos luces que me encandilan,
y que pueden lograr desviar muchas miradas
con tan solo una de tu parte.
Faroles en la oscuridad son,
la única forma de encontrarte,
de reconocer esa cara tan cambiada con los años,
aquella personalidad por lo consiguiente,
ahí es donde aparecen
como la única forma de comunicación más noble y sencilla,
aparecen esos ojos, esa mirada,
tan honesta como desde un principio,
aunque tan convincente hasta hacer creer cosas que no son;
esa mirada que incluso es una arma de doble filo, no para ti,
sino para aquel que la vea y entienda lo que ella quiere decir,
esa caja de pandora que me desvela con sus grandes sorpresas por revelar o descubrir;
aquellos grandes secretos, esas mentiras,
todas esas cosas que pasan con el tiempo,
a diferencia de esa mirada,
tu mirada.
Este es mi segundo poema, ya publicare los siguientes, espero que les guste, y si no, critiquen con confianza :)