buscandome Posted November 18, 2021 Report Share Posted November 18, 2021 LAS EMOCIONES SON PROFESORAS EN NUESTRO DESARROLLO PERSONAL. En mi opinión, este descubrimiento reciente de la neurociencia, y las investigaciones que se han llevado a cabo para confirmarlo -donde se ha podido demostrar que están interrelacionadas la cognición y la emoción-, son solamente una confirmación de lo que ya se ha sabido de siempre. Las emociones son en gran parte las responsables de la memoria. Recordamos lo que hemos aprendido o vivido con alguna emoción. En nuestra memoria se mantienen las cosas que nos dejaron una huella de algún modo, para bien o para mal, y han desaparecido las que no nos dejaron ningún tipo de marca emocional, porque el cerebro es selectivo en ese aspecto y lo que ve que no es importante, que no nos ha parecido importante en su momento, no se molesta en guardarlo. Cuando guardamos un suceso en el recuerdo, al mismo tiempo y aunque no nos demos cuenta de ello, asociamos inseparablemente lo felices que fuimos en ese momento, el miedo que pasamos, cuánto lloramos, el olor, la luz, la sensación de felicidad… en ocasiones, hasta llegamos a olvidar detalles del sitio, de las caras, del momento, pero recordamos la emoción perfectamente. Es por esto por lo que muchas veces no recordamos lo que nos dijeron textualmente, pero tenemos claro que fue algo que nos hizo sentirnos bien, o reírnos, o dolernos. Es por todo lo anterior por lo que opino que hay que vivir con intensidad y consciencia todas y cada una de las situaciones y las emociones que se nos presenten en la vida, porque son ellas las que va a ir formando de algún modo nuestra personalidad, nuestro carácter y nuestro fondo personal; son las que nos van a proveer de sensibilidad o de firmeza o de nobleza o de prudencia. Se aprende del llanto y de la risa y del escalofrío y de la tristeza. En mi opinión son las emociones quienes nos enseñan. Atravesando los diferentes estados de ánimo y de nivel de comprensión y aprendizaje que nos proporcionan es como nos conocemos más y mejor y es como aprendemos, en unas lecciones silenciosas, cómo somos en realidad y cómo nos comportamos o reaccionamos en los momentos en los que nos sumergimos en cualquiera de ellas. En la vivencia de esas emociones es donde nos formamos en uno u otro sentido. Cuando nos metemos total y conscientemente en ellas nos damos cuenta de lo que sentimos, amamos, odiamos, rechazamos, lo que no queremos que se repita y lo que sí queremos repetir… y ya sabemos que “darse cuenta” es el primero e imprescindible de los pasos en cualquier proceso. La vida es la suma de todas las vivencias, o sea la suma de todas las emociones. Cómo viva uno las emociones que se le presenten en su vida va a marcar su forma de ser y su carácter: optimista y animoso, o pesimista y funesto, o de cualquiera de los otros modos que se puede ser. Somos todo lo que hemos reído y llorado y disfrutado y sentido y apreciado y emocionado. Somos lo que hemos percibido y lo que hemos comprendido. Lo que nos marca no son los hechos que vivimos, sino las emociones asociadas a esos hechos. Hay que entender que las emociones son naturales y su función es provocarnos reacciones psico-fisiológicas. Hay que aprender a atender a las emociones y no confundirlas con los sentimientos, que son la interpretación personal que cada uno hace con las emociones añadiéndoles las propias experiencias anteriores, o frustraciones, traumas y errores. Por eso no hay que negarse a vivir las emociones cuando se presenten, incluso las desagradables, porque el estado que nos provocan dura sólo ese momento y es imposible tratar de reproducirlas más tarde en otro momento que nos vaya mejor. Las emociones SIEMPRE nos quieren decir algo, así que es necesario prestarles atención. Son una lección que tal vez no se vaya a repetir en otro instante, así que hay que permitirles que entren hasta donde quieran y hay que observar los movimientos internos, las sensaciones que despiertan, lo que se mueve y dónde se mueve, y después preguntarse el por qué y el para qué. Vive tus emociones. Ellas son las que te mantienen vivo y en el Camino. No concibo un mundo sin emociones. Prefiero poder sufrir unas y disfrutar otras antes que quedarme en la planicie apática de que no se presenten. Y repito, aunque duelan, no las eludas. Y, además, que no se te olvide darle las gracias por su existencia. Te dejo con tus reflexiones… Francisco de Sales Si le ha gustado este artículo ayúdeme a difundirlo compartiéndolo. Gracias. Link to comment Share on other sites More sharing options...
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