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CAPÍTULO 28 – CONSCIENCIA – SER CONSCIENTE


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CAPÍTULO  28 – CONSCIENCIA – SER CONSCIENTE

 

Este es el capítulo 28 de un total de 82 -que se irán publicando- en los que se explicarán los conocimientos necesarios acerca de TODO LO QUE HAY QUE CONOCER PARA HACER BIEN UN PROCESO DE DESARROLLO PERSONAL.

 

 

“No somos conscientes de este acto grandioso:

estamos escribiendo muestra historia en cada momento”.

 

“Mayor consciencia conlleva mayor responsabilidad”.

 

“Pocas veces percibimos que estemos conscientemente vivos, aquí y ahora, libres de preocupaciones compulsivas por el pasado y el futuro, libres totalmente para experimentar nuestra vida.”

 (Jacob Needleman)

 

Ser consciente de la propia ignorancia es un gran paso hacia el saber.
(Benjamín Disraeli)

 

“Para un ser consciente, el existir consiste en cambiar, en madurar,

 en crearse indefinidamente a sí mismo.”

(Henry Bergson)

 

(Consciencia: conocimiento inmediato que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones. Capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento).

(Consciente: dicho de una persona, que tiene conocimiento de algo o se da cuenta de ello, especialmente de los propios actos y consecuencias).

 

 

Generalmente, no nos damos cuenta de que la consciencia es la suprema manifestación de la vida. Sólo hay vida plena si hay consciencia de la vida.

Si no es así, sólo hay un consumo desatento del tiempo del que disponemos para vivir.

 

Ser consciente es el primer y principal paso para Ser Uno Mismo. Hay que tomar conocimiento exacto, íntimo y profundo, de quien está siendo uno por rutina o por desatención, y cuál es la potencialidad que se encuentra aletargada, y hay que conocer también cuáles son los deseos que tenemos para con nuestra vida y modo de vivir, y atender a la propia reclamación -ocasional o frecuente- de solicitud de cambios, allanar ese camino empinado y casi infranqueable que nos parece que es el tan deseado y necesario cambio, y tomar de la mano a ese ser confuso en el que vivimos para no soltarla nunca más y ser nuestros propios padres, nuestros ángeles de la guarda y nuestros más diligentes cuidadores.

La consciencia abre el horizonte hasta límites insospechados porque es la verdad, lo cierto, lo que hay, lo que es. La negación, el rechazo, o la ceguera voluntaria, no son la ayuda sino la traba.

El único modo decente y atinado de vivir es la percepción nítida, incontaminada y real, de lo que es.

 

Cuanto más consciente seas de lo que atañe a tus intereses, valores, necesidades y metas, mejor te irán las cosas. No ser sensato y consecuente con tu yo interno, con tu yo suplicante, con tu yo despierto o intuitivo, es faltar al compromiso -que contrajiste con la vida al nacer- de hacerla plena y honrada.

 

Es agradable ejercitar la mente, y tienes que creer en esto firmemente, porque cuando uno tiene que tomar consciencia de las cosas, aparece una pereza mental, una irresponsable ceguera en la capacidad de percibir, y una creencia casi firme en la incapacidad de pensar con cordura y actuar con tino, que no son más que excusas para mantenerse en la pereza de seguir viviendo en una inconsciencia que no exige tantas responsabilidades y decisiones como la consciencia.

 

Te conviene más corregir tus errores que pretender imaginar que no existen. Esto es ser consciente: darse cuenta de las cosas, y luchar por procurarse lo mejor para uno mismo, aunque el proceso parta del reconocimiento más o menos doliente de una realidad que es la actual. Es tener el Yo Observador activado todo el día, aunqueesto no es más que el primer paso: el siguiente, tras haber observado la verdad, y haberte dado cuenta de que hay otros modos o resultados mejores, y de que te gustaría ser o proceder de alguno de esos otros modos, es ponerte en acción, tomar el mando y modificar cuanto haya que modificar siempre que sea para bien.

 

Te conviene más mantener tus valores conscientemente que de un modo inconsciente, y examinarlos en vez de mantenerlos como asuntos incuestionables. Todo puede cambiar y casi todo debe cambiar. Ser inconsciente no te libera de la responsabilidad, sino que te responsabiliza aún más, ya que la obligación de cuidar de ti y darte lo mejor o lo más conveniente es exclusivamente tuya. Nunca encontrarás a un culpable auténtico de tu irresponsabilidad que no seas tú.

 

Tienes que estar atento a las tentaciones para evitar hechos desagradables; tienes que hacer frente a tus impulsos de bloqueo o evitación, y no ser gobernado por ellos.

Si comprendes el contexto más amplio en el que vives y actúas, serás más eficaz; vale la pena que intentes comprender tu entorno y el mundo general que te rodea.

Para ser eficaz tienes que ampliar tu conocimiento propio. El aprendizaje tiene que ser una forma continua de vida.

Cuanto más te conoces y comprendes, mejor será la vida que puedes crear. El auto-examen es un imperativo de la existencia. Vivir de forma irreflexiva conllevará, antes o después, el fracaso vital, algo nada recomendable para nadie.

 

Hay que llegar al punto de lograr que vivir de manera consciente sea implicarte totalmente en la tarea que en ese momento estés haciendo.

La elección de vivir de forma consciente depende de otros factores: se refiere a interesarte y conocer realmente lo relacionado con tus actuaciones, objetivos, valores y comportamientos, para avanzar en su mejora continua. Vivir conscientemente, es hacerte responsable del conocimiento correcto de la acción que estás llevando a cabo.

La apuesta por una vida consciente es apostar por la responsabilidad con la realidad, reconociendo en ella lo que es y lo que no es, no centrarte únicamente en lo que te gusta o no.

 

Conviene que tengas clara la idea de que vivir de forma consciente, supone, en relación a la forma inconsciente:

 

  • Pensar, pese a las dificultades, frente a la comodidad y el no pensar.
  • Apostar por el conocimiento, ante las opciones de mantener el desconocimiento, independientemente de si supone un reto o no.
  • Asumir, percibir y en definitiva, vivir el presente tal y como es, en lugar de evitarlo y promocionar la fantasía continua.
  • Enfrentarse a uno mismo, ante la posible evitación de nosotros mismos.
  • Fomentar la voluntad para ver y corregir errores, frente a la repetición continuada de dichos errores.
  • Apoyar los aspectos racionales frente a los irracionales.
  • La realidad es la que es, agradable o desagradable, en lugar de su evitación.
  • Respeto y promoción de la verdad, en contraposición con su ocultación.
  • Buscar la independencia personal, en lugar de la dependencia.
  • Promover la acción o actitud activa, ante la pasividad.
  • Buscar la claridad frente a elementos oscuros o indefinidos, sin tener en cuenta las dificultades que encontremos.
  • La apuesta por el riesgo comedido, luchando contra miedos o temores, en vez de encallarnos en la falta de voluntad.
  • La honestidad personal, frente a la deshonestidad.
  • Ser conscientes de que tenemos una serie de derechos, por ejemplo, el de decir No, cuando consideremos que esa es nuestra postura.

 

Como ves, no es sano que ni otros ni el inconsciente decidan por ti. Has de ser independiente, promover el auto-conocimiento, y todo desde el interior, que seguramente te dará muchas más sorpresas positivas de las que piensas. El pensamiento autónomo te conducirá a vivir conscientemente, que es uno de los objetivos para alcanzar el auto-conocimiento.

 

 

ATENCIÓN

 

Ser consciente es vivir en lo consciente; ser un inconsciente es vivir en el inconsciente.

Es muy curiosa esta analogía entre los estados o divisiones de la mente, y los estados de vivencia. Vemos así, claramente, cuál predomina en cada uno.

No debemos ser de cierto modo y no haber decidido previamente cómo queremos ser. Vivir nuestra vida es una responsabilidad demasiado seria como para dejarla que discurra de un modo inconsciente.

Bajo ningún concepto debemos cometer el desastre irreparable de vivir sin saber por qué vivimos, cómo, de qué modo, con cuánta atención o, incluso, quién vive nuestra vida.

Tenemos la maravillosa opción de poder elegir y debemos aprovecharlo.

 

 

SUGERENCIA DE TRABAJO

 

Para cada una de esas situaciones que quieras comprender, escribirás:

 

“La dificultad de permanecer consciente en esta situación es…”

 

y a continuación, lo más rápidamente posible y en aproximadamente ocho líneas completas todo el texto.

Luego haces lo mismo, con esa misma situación, completando rápidamente estos inicios de frase:

“Lo bueno de ser plenamente consciente en esto es…”,

Para finalizar, completar:

“Si yo permaneciera plenamente consciente en esto…”.

Ahora repite el ejercicio con otras situaciones habituales.

Seguramente al releer lo que hayas escrito te encontrarás algunas sorpresas. Si quieres que este ejercicio sea útil, te recomiendo que durante los siete días siguientes a su realización, apliques mediante acciones concretas las mejoras que puedes haber indicado o promovido en el ejercicio.

 

 

RESUMIENDO

 

Ser consciente es una gran responsabilidad. No ser consciente es muy cómodo, es permanecer en lo habitual, lo que uno se ha acostumbrado, pero, cuando lo acostumbrado no da satisfacciones, cuando la vocecita de la conciencia reclama otro modo, otra vida, no queda más remedio que escucharla y obedecerla. Cualquier esfuerzo que te requiera se verá compensado con creces por la persona que emergerá tras una toma de contacto con la auténtica realidad que a veces esconde la inconsciencia.

 

 

Francisco de Sales

 

 

Si le interesa ver los capítulos anteriores están publicados aquí:

(Palabra Censurada, está prohibido el SPAM)index.php/board,88.0.html

 

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