buscandome Posted May 17, 2020 Report Share Posted May 17, 2020 CAPÍTULO 4 (1ª parte) - CAMBIAR Este es el capítulo 4 de un total de 82 -que se irán publicando- en los cuales se explicarán los conocimientos necesarios acerca de TODO LO QUE HAY QUE CONOCER PARA HACER BIEN UN PROCESO DE DESARROLLO PERSONAL. “El ingrediente principal del cambio es la sinceridad”. “Cuando una persona inicia un proceso de cambio, ya nunca será el mismo que lo inició”. “Señor, concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que sí puedo, y sabiduría para conocer la diferencia” . (Plegaria de alcohólicos anónimos) “No es necesario que cambies el mundo. Cambia tú y verás cómo el mundo es distint0”. “El deseo de cambiar a otros, tanto como el deseo de cambiarse a sí mismo, viene fundamentalmente de la intolerancia”. (Tony de Mello) “En el proceso de cambiar tendrás que familiarizarte con palabras como comprensión, tolerancia, amor, consciencia, paciencia, felicidad, luz, esperanza, fe…” “Cuando te empiezas a dar cuenta, te das cuenta de que antes no te dabas cuenta”. “Las cosas no cambian; cambiamos nosotros”. (Henry David Thoureau) “Todo el mundo piensa en cambiar a la humanidad, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”. Partamos de una aclaración: yo opino que no hay que cambiar tal como entendemos habitualmente “cambiar”, que es dejar un modelo con el que no estamos satisfechos y poner en su lugar otro modelo que creemos que nos va a ir mejor porque se aproxima más al Yo Ideal que nos gustaría ser. Sí estoy a favor de ir haciendo modificaciones en algunas actitudes y actualizar algunos modos de pensar, pero que esto se haga sobre la persona y no sobre alguno de los personajes que vivimos. Estoy plenamente a favor del Desarrollo o el Mejoramiento Personal, pero de quien uno es realmente. Eso implica que hay que descubrir quién es uno mismo y más adelante se abordará ese tema. Hay muchos motivos distintos que empujan a las personas a querer realizar un cambio –y usaré “cambio” o “cambiar” para que a algunos les resulte más sencillo de comprender-. Uno de ellos es por la imposición de los otros, que nos hacen ver de algún modo que no les gustamos como somos y con eso nos insinúan que, para ser bien aceptados, debiéramos ser como a ellos les gustaría que fuésemos. Otro motivo es el deseo que se produce tras una larga temporada de vida a las órdenes de un yo propio que no termina de gestionar las cosas como a quien es Uno Mismo le gustaría. Hay más: la rabia, la insatisfacción, la suma de algunas frustraciones, la sensación de acumular muchos años perdidos y la toma de conciencia de que la vida se está acercando al final, o el auto-concepto personal si nos es muy satisfactorio y defrauda. Es muy interesante conocer cuál es la razón, o las razones, para iniciar un Proceso de Cambio, porque si se hace por contentar a los demás es errónea la motivación, y el resultado no será satisfactorio para uno mismo, porque dejará de ser de cierto modo para pasar a ser de otro modo, pero seguirá sin ser él mismo. Si el motivo es que uno no se soporta como está siendo, tampoco es una adecuada estimulación, porque esa auto-imposición puede venir directamente de un yo/ego que pretende perpetuarse en el cargo, con un deseo de SU afianzamiento. Y hacer eso es instalarse en una pésima zona de confort. Si la causa que nos empuja es la intolerancia, también es una razón inadmisible: al resistirnos a un rasgo negativo de nosotros, no hacemos más que agravarlo, como demuestra la psicología. Si la razón es el deseo de reencontrarse con quien uno intuye que es en realidad, o la razón es la voluntad de realizarse personalmente, o son las ganas de estar en un mejor estado de comprensión y aceptación y amor propio, esta base sí es la adecuada. Una vez descubierto el motivo, la siguiente cuestión a aclarar es esta: ¿cambiar o modificar? Cambiar es dejar un modelo para coger otro. No es la decisión ni la solución adecuada. Conviene tener claro que un cambio, sobre todo si es brusco o muy importante, nos puede dejar descolocados durante un tiempo, o puede hacer tambalear las bases de lo que está siendo nuestra vida, y eso siempre moviliza a uno o varios yoes que luchan egoístamente por su supervivencia. Si se inicia un cambio es porque uno no sabe realmente quién es y desea encontrarse consigo mismo. Si supiera quién es, no necesitaría “cambiar” sino modificar ciertos aspectos o conductas, aunque sean modificaciones provisionales hasta que empiece a ser realmente él mismo, porque uno sigue necesitando pilares sobre los que apoyarse y son imprescindibles para nuestra timorata existencia. Cambiar lo asociamos a quitar una cosa para poner otra, mientras que modificar lo entendemos como mantener lo que se tiene pero mejorándolo o haciéndolo a nuestro gusto. En el primer caso, hay una pérdida de algo que consideramos como nosotros, o como nuestro, por otra cosa que aún no sabemos cómo es, y eso puede preocupar y asustar. En el segundo caso, mantenemos lo conocido, y eso da un respiro, pero como va a ser mejorado, el ánimo y el afán de colaboración es más amplio. Pero quizás no necesitemos cambiar ni modificar, sino ser nosotros mismos, Ser Uno Mismo, que consiste en no añadir y vivir una falsa personalidad, ni usar unas cualidades que son ajenas, ni satisfacer los deseos del ego, sino quitar todo aquello que no somos. El primer paso es reconocerse en el estado actual: ni negar la realidad existente ni evadir la responsabilidad; ni culpabilizar al destino o las circunstancias ni enmarcarse en un paisaje tétrico; ni esconder algunas evidencias ni aparentar colorear engañosamente lo que es oscuro. El segundo paso es aceptar lo que hay en este momento. Ni más ni menos. Aunque aceptarlo, por supuesto, no implica tolerarlo ni permitirlo ni conformase. El tercer paso es asumirlo. Asumirlo es descarnado, no lleva florituras ni quitapesares. Eso es. No es otra cosa. Sin justificaciones ni adjetivos. Es lo que tengo, así estoy siendo, con esto convivo. Eso sí: creo es perdonable todo lo que haya sucedido hasta ahora y todo lo que nos haya traído hasta aquí. El no habernos dado cuenta o no haber sabido nos despenaliza de la responsabilidad siempre y cuando no hayamos actuado con mala voluntad contra nosotros mismos o contra otros, lo que nos convertiría, cuanto menos, en cómplices, y entonces sí tendríamos derecho a reprobación. Pero ahora lo sabemos. Ahora no podemos eludirlo alegando desconocimiento. Ahora estamos empezando a ser muy responsables de nosotros y de lo que hagamos o no hagamos por o para nosotros. Conviene saber que a menudo se produce una auto-aceptación pasiva y resignada (“qué se le va a hacer si soy así”, “algo malo habré hecho en otra reencarnación cuando Dios me castiga con esto”, “ya soy mayor para ponerme a cambiar las cosas”, “las cosas son como son”, “el mundo es un valle de lágrimas y aquí se viene a sufrir”, etc…) o se produce una auto-agresiva no aceptación, y uno se culpabiliza, se castiga, pero no hace algo positivo por resolverlo. Estas personas pueden comenzar por una auto-aceptación, que es no tener deseo de ser algo distinto, sino comprender las circunstancias personales que les llevaron a ser como son, y este es el primer paso para iniciarse en cualquiera de los caminos. VISTO DE OTRO MODO “¿Cómo puedo cambiarme a mí mismo? Tú eres tú mismo, por consiguiente tú no puedes cambiarte a ti mismo, de la misma manera que tampoco puedes alejarte de tus pies. ¿No tengo nada que hacer entonces? Puedes comprenderlo y aceptarlo. Pero ¿cómo voy a cambiar si me acepto a mí mismo? ¿Y cómo vas a cambiar si no lo haces? Lo que no aceptas no puedes cambiarlo; simplemente te las ingenias para reprimirlo.” Si comprendieras bien lo que acabas de leer, te darías cuenta de que no quieres cambiar. La palabra clave no es cambiar, que se asocia a algo que es desconocido, al miedo, a un asunto costoso en emociones, o con sufrimiento. La palabra clave es Descubrir. (Puedes ver el capítulo titulado “Descubrir”). La opinión de quien sabe dice que lo que uno ha de hacer es Descubrir a quien es en realidad y sacarlo a la luz. Con nadie se va a sentir uno mejor que consigo mismo, con el que realmente es. No el personaje, no el que están esperando los demás, no el que se vende por una migaja de atención o acogimiento. El descubrimiento de Uno Mismo conlleva comenzar a comportarse y ser naturalmente, sin máscaras, sin suplantar una personalidad ficticia. Uno ha de ser quien es, y ningún otro. No es conveniente vivir una vida de fingimientos que gire alrededor de agradar a los demás y a costa de desatenderse. Hay una cosa que ni siquiera el mismo Dios ha conseguido hacer: agradar a todo el mundo. Si lo que haces es cambiar sólo por los de fuera, ¿quién te garantiza que así tendrás paz? Tú te seguirás reclamando sinceridad. Si vas a Descubrirte que sea por ti. Para ti. Esto puede implicar que irá desapareciendo cierta gente de tu círculo de relaciones. Se quedarán los buenos y quien no te acepte… es que no merece la pena. Sé muy consciente de esto: los cambios se plantean por falta de aceptación de uno mismo, pero es porque uno no está siendo él mismo. ATENCIÓN Cuando no nos sentimos a gusto con algún aspecto nuestro decimos, equivocadamente, que queremos cambiar. No es cierto. Cambiar es dejar un modelo para coger otro modelo. En realidad, lo que queremos es Descubrir al que realmente somos y hacerlo realidad y realizarnos, o bien queremos, en un primer paso, modificarnos: hacernos de otro modo, pero respetando lo que somos. Por eso deberás prestar atención cada vez que leas la palabra cambiar, o alguna de sus derivadas, y pensar en modificar. SOLUCIONES O SUGERENCIAS Posiblemente no llegues a hacer modificaciones en algunos aspectos de tu vida simplemente porque no te atreves a preguntarte sin miedo, y después no te paras a esperar -sin prisa- una respuesta. Esto es muy grave. Hay aspectos de tu vida que podrían ser muy distintos si dedicases un poco de tiempo a esto, y esto sí es realmente importante. Ya sé que es difícil, pero verdaderamente merece la pena. ¿Por qué no tienes valor para hacerte las preguntas importantes y paciencia para esperar las respuestas? Un hora, un día, un mes… el tiempo que le dediques… ¿y qué es eso comparado con lo que te aportaría en calidad para el resto de tu vida? MIS PENSAMIENTOS Me reencuentro conmigo y desde la aceptación de que esto es lo que hay, y no otra cosa, comienzo. Recojo a mi niño herido, hago una primera cura de sus más visibles heridas y enjugo sus lágrimas. Busco a mi parte humana caída, y le hago una promesa firme de atención y cuidado. Que daré por ella la vida, le digo, y prometo no abandonarla y no abandonarme nunca más. Doy consuelo a mi alma, y cobijo, y besos. Le pido perdón. Me comprometo, empeñando mi palabra de honor, en dedicarle la atención y el cariño que se merece. Abrazo al corazón. Es un abrazo de corazón a corazón. Desde el corazón de la mente consciente que le reconoce como motor y como guía, al corazón todo amor que me protege y desea lo óptimo para mí. Jamás partiré desde “no me quiero mientras siga siendo de este modo” o “sólo me empezaré a querer cuando llegue a ser de este otro modo”. Nada de odio, de desprecio, de hablar mal del que estoy siendo. Sin ningún tipo de enemistad hacia el yo presente. Que se dé cuenta de que hay buena voluntad, para que así colabore en la reconciliación y la salvación. No forzar, no imponer, porque así se provoca un rechazo defensivo de un yo que se niega a ser desalojado y no admitirá nada de lo bueno que hagamos por él. (sigue en la 2ª parte) Link to comment Share on other sites More sharing options...
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