Jump to content

¿HAY OTRAS OPCIONES?


Recommended Posts

¿HAY OTRAS POSIBILIDADES?

 

 

En mi opinión, se ha convertido en costumbre mayoritaria esto de hacer caso al dicho de “Virgencita, que me quede como estoy”, haciendo referencia -de un modo similar a como lo hace “más vale conocido que bueno por conocer”- a que uno acaba acostumbrándose a que en su vida haya cosas que deberían ser insoportables –pero se soportan-, a otras cosas de las que somos conscientes que tenemos que cambiarlas –pero no las cambiamos-, y a una insatisfacción más o menos notoria que a todos nos acompaña porque somos conscientes de fallarnos en muchos aspectos y tenernos un poco abandonados, desatendidos, llevando como buenamente podemos la vida pero sin intervenir directamente en ella tomando las riendas con la decisión y firmeza que se requiere.

 

Dejamos pasar los días cometiendo la estupidez de estar insatisfechos con nosotros y nuestras actuaciones –o nuestra indolencia- pero sin hacer lo necesario para remediarlo.

 

¿Por qué nos quedamos soportando lo de siempre?, ¿por qué no hacemos lo que sabemos que tenemos que hacer?, ¿por qué aplazamos una y otra vez esta tarea de revisar nuestra vida y deshacernos de lo innecesario, tirar lo inútil, eliminar lo erróneo, e implantar lo más cercano a la perfección?

 

¿Por qué nos quedamos detenidos y estancados, eludiendo nuestra responsabilidad, paralizados en la queja, protestando y quejándonos porque no ocurre aquello sin nuestra intervención aquello que sólo depende de nosotros?

 

Nos instalamos en un conformismo lamentable, que debería ser inaceptable, y acabamos rendidos sin mover lo fundamental para que se produzca el cambio necesario.

 

¿Hay otras posibilidades? En un 99% de los casos, sí hay otras posibilidades. Lo que pasa es que no queremos verlas o aceptarlas porque nos resultan incómodas. Porque requieren esfuerzos o cambios drásticos que no queremos acometer. Otra vez “Virgencita, que me quede como estoy”, que no vaya a peor.

 

Nos instalamos en eso que se denomina “zona de confort” –que en este caso nos propone quedarnos como estamos y no arriesgarnos- y nos quedamos en lo desagradable porque nos resulta más llevadero que lo que es “posiblemente más desagradable”-aunque también puede que no lo sea tanto como creemos-, pero que sin duda es necesario. 

 

El miedo. O la pereza. O la mala costumbre. O la rendición. O creer sin razón real que no va a ser posible. Cada uno encuentra una razón/excusa para no permitirse ver otras posibilidades, para negar lo evidente, para auto-engañarse, aunque, en el Proceso de Desarrollo Personal, esto de engañarse conscientemente es, sinceramente, imperdonable.

 

¿Puedo cambiar lo que sé que tengo que cambiar de mí?

La respuesta es SÍ.

Atrévete a comprobarlo. Sé valiente. Hazlo.

 

Te dejo con tus reflexiones…

 

Francisco de Sales

 

 

Si desea recibir a diario las últimas publicaciones, suscríbase aquí:

(Palabra Censurada, está prohibido el SPAM)index.php?page=59

 

Si le ha gustado este artículo ayúdeme a difundirlo compartiéndolo.

 

(Más artículos en (Palabra Censurada, está prohibido el SPAM)index.php?action=forum)

 

 

1 a PUEDO CAMBIAR.jpg

Link to comment
Share on other sites

Create an account or sign in to comment

You need to be a member in order to leave a comment

Create an account

Sign up for a new account in our community. It's easy!

Register a new account

Sign in

Already have an account? Sign in here.

Sign In Now
×
×
  • Create New...