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Las Oraciones son escuchadas ?


harpomarx

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puede el hombre llegar a ser como Dios?...es una carrera que llevará muchos..."años".....a falta de otra evaluación de tiempo....pero eso es lo que se espera que lleguemos a ÉL.

para poder devolverle esa "chispa", que Él nos entregó.

 

entonces rezar....es pedir ¿dame más?.....creo que no. Rezar es hablar con el Padre, tan simple como eso. Hablar con ÉL, y lo que más cuesta.....(yo el primero acá), quedarse callado uno para escucharlo a ÉL.

 

venimos a esta tierra a pasarnos X años, y chao.....creo que no. perdón lo patudo,

 

 

 

amigo HALEX..., En la caída de Adan, la promesa del "Angel acusador" (Satanas) es la que se desprende de tus palabras...

Génesis 3:5;... mas sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal...

Luego:

Jesus, sed perfectos como vuestro padre.... pero jamas nos dice que nos covertiremos en Dioses, mas bien en hijos, los angeles, con todo su poder no pueden hacer nada sino es por voluntad del Padre CELESTIAL.

 

 

colgándome de este último post, recuerdo lo que meditaba últimamente... ¿qué es la fe para que lo que pedimos en oración sea concedido? no me refiero a la definición formal de fe que todos conocemos. Me refiero a lo que mencionaba en algún post anterior en este mismo topic respecto que cuando no tenemos la respuesta que esperamos a nuestras oraciones, muchos nos podrán decir que es porque nos falta fe... pero ¿qué tiene que ver la fe en todo esto? ¿es acaso que la fe funciona como una especie de energía para Dios, sin la cual no podría dar cumplimiento a lo que pedimos? es lo único que se me ocurre para que la fe sea realmente de utilidad al momento de orar... ¿o es más bien la fe la demostración de confianza o tal vez devoción con la que Dios se siente complacido y debido a eso da respuestas positivas a las oraciones? Si así fuera, entra en juego la voluntad de Dios y entramos en la polémica de que "si Dios se siente complacido con nuestra devoción, su voluntad será darnos lo que pedimos; si no se siente complacido, su voluntad será contraria a nosotros", así que si fuera así, la fe tendría como única función complacer a Dios... peroooo.... hay gente que para nada complace a Dios y llevan la gran vida, con pocas o ninguna preocupación, llenos de abundancia de todo tipo, no sólo material; entonces, Dios responde afirmativamente o negativamente las oraciones o peticiones quien se le viene en gana, y más aunque no haya quien no le ore, si a Dios se le ocurre bendecir a tal persona, así será.... ¿será así la cosa?

 

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Muy interesante tu post, estimado Hectorzero.

 

Para responder primero quiero aclarar dos malentendidos que aludes.

“cuando no tenemos la respuesta que esperamos a nuestras oraciones, muchos nos podrán decir que es porque nos falta fe”(…) ¿o es más bien la fe la demostración de confianza o tal vez devoción con la que Dios se siente complacido y debido a eso da respuestas positivas a las oraciones?

 

Mira, en realidad según la teología católica (desde sus orígenes, pasando por Trento y la Dei Verbum del Vaticano II) la fe es una respuesta libre del hombre a la gracia del Dios que se automanifiesta e interpela. Es una respuesta libre, porque si el hombre lo quiere puede en su praxis concreta prescindir de los planes de Dios para él y para los demás. Nadie está determinado por Dios a aceptar o rechazar la fe (lo contrario sería la herejía de la predeterminación), por eso es una respuesta “libre”; pero la gracia para abrazarla la derrama Dios a todos los hombres, independientemente de su raza, cultura, religión, etc. Sobre la divina revelación dice la constitución dogmática Dei Verbum: “Cuando Dios revela hay que prestarle la obediencia de la fe”; la fe es una respuesta a determinados contenidos: las llamados artículos de fe o verdades de fe. Es una “obediencia”, un acto de escucha libre y responsable que abarca la totalidad de la persona.

 

Así, la oración, por ser consecuencia de la fe, siempre es escuchada. Nadie es obediente a Dios sin fe, y nadie sin obediencia quiere orar, y nadie tiene fe sin la gracia de Dios. ¿Por qué no recibimos lo que pedimos? Hay que preguntarnos si lo que pedimos viene de la fe (si viene de la “escucha de Dios”) o si proviene de nuestros propios y autónomos deseos.

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Muy interesante tu post, estimado Hectorzero.

 

Para responder primero quiero aclarar dos malentendidos que aludes.

“cuando no tenemos la respuesta que esperamos a nuestras oraciones, muchos nos podrán decir que es porque nos falta fe”(…) ¿o es más bien la fe la demostración de confianza o tal vez devoción con la que Dios se siente complacido y debido a eso da respuestas positivas a las oraciones?

 

Mira, en realidad según la teología católica (desde sus orígenes, pasando por Trento y la Dei Verbum del Vaticano II) la fe es una respuesta libre del hombre a la gracia del Dios que se automanifiesta e interpela. Es una respuesta libre, porque si el hombre lo quiere puede en su praxis concreta prescindir de los planes de Dios para él y para los demás. Nadie está determinado por Dios a aceptar o rechazar la fe (lo contrario sería la herejía de la predeterminación), por eso es una respuesta “libre”; pero la gracia para abrazarla la derrama Dios a todos los hombres, independientemente de su raza, cultura, religión, etc. Sobre la divina revelación dice la constitución dogmática Dei Verbum: “Cuando Dios revela hay que prestarle la obediencia de la fe”; la fe es una respuesta a determinados contenidos: las llamados artículos de fe o verdades de fe. Es una “obediencia”, un acto de escucha libre y responsable que abarca la totalidad de la persona.

 

Así, la oración, por ser consecuencia de la fe, siempre es escuchada. Nadie es obediente a Dios sin fe, y nadie sin obediencia quiere orar, y nadie tiene fe sin la gracia de Dios. ¿Por qué no recibimos lo que pedimos? Hay que preguntarnos si lo que pedimos viene de la fe (si viene de la “escucha de Dios”) o si proviene de nuestros propios y autónomos deseos.

 

WOW, ..Etrips.., acaba de aportarme un aspecto que tenía olvidado, que es el que guarda relación con que si lo que pedimos es porque si Dios lo puso en nuestra mente o no.

 

Para seguir con el debate ¿qué ocurre si lo que pedimos viene de nuestro propio deseo (necesidad si lo quieren llamar de otra forma)? ¿es acaso algo ilegítimo y por eso podría no obtenerse una respuesta positiva? Para poner un ejemplo: digamos que alguien se dedica a la agricultura y ocurre que ha habido sequía, entonces obviamente lo que la persona en cuestión requiere es agua, idealmente de lluvia; entonces si la persona es creyente ora por lluvia, pero esta no llega porque no es voluntad de Dios que la persona pida lluvia (esto es sólo a modo de ejemplo para que se entienda la pregunta hecha).

 

Así tomando en cuenta el ejemplo, la pregunta podría reformularse de la siguiente forma: ¿es ilegítimo que la persona ore por lluvia si no es voluntad de Dios que ore por aquello?

 

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la fe tiene un poder extraño, no la fe en dios sino la fe, creer en algo hasta el punto de haber eliminado todas las dudas, no se si sera el poder de la mente (si es que eso existe) pero sí se que hay algo ahi.

 

sobre la pregunta, creo que las plegarias no son escuchadas simplemente porque si es que hay un dios este no tiene ni idea de que existimos

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Para seguir con el debate ¿qué ocurre si lo que pedimos viene de nuestro propio deseo (necesidad si lo quieren llamar de otra forma)? ¿es acaso algo ilegítimo y por eso podría no obtenerse una respuesta positiva? .. Así tomando en cuenta el ejemplo, la pregunta podría reformularse de la siguiente forma: ¿es ilegítimo que la persona ore por lluvia si no es voluntad de Dios que ore por aquello?

 

Ante todo hay que volver a señalar que Dios siempre responde a todas las oraciones, por cuanto que siempre es Dios quien mueve la oración: la nutre, la impulsa, le da fuerza. Toda oración tiene su origen en Dios, quien, bajo la moción del Espíritu Santo y por medio de Cristo, nos mueve a dirigirnos a él. Así, la oración es siempre una respuesta al Dios que sale a nuestro encuentro interpelándonos, llamándonos a entrar en comunión con él por medio de Cristo en el Espíritu Santo.

 

Ahora bien, lo que recibimos en cada oración será lo que Dios quiera ofrecer y nada más que lo que él quiera. Dios inicia el movimiento de la oración, por eso es él quien decide lo que está dispuesto a ofrecer. El creyente, que precisamente por ser “creyente” es que ora, debe aceptar lo que Dios está dispuesto a regalar si no quiere dejar de ser “creyente” y volverse lo contrario. En toda oración prima el respeto mutuo: Dios permite que el creyente pida lo que quiera (como la lluvia en el caso del agricultor) y el creyente pide lo que Dios suscita en su corazón. La oración es, pues, un acto de comunión, y el resultado de la oración será producto del diálogo entre el creyente y Dios, siendo Dios quien tiene la última palabra, así como también tuvo la primera llamándonos a orar.

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En mi opinion, las oraciones si son escuchadas sin embargo también creo en el destino. Por lo tanto dudo que Dios cambie su plan porque simplemente se lo pedimos. En esta parte, mas de alguien saltara con lo del "libre albedrío", sin embargo, tal vez el libre albedrio se aplica antes de venir al mundo (si es que existimos de antes y elegimos el camino o la vida que vamos a vivir) o tiene que ver con las decisiones que tomamos en nuestra vida mortal según reglas del juego ya definidas.

 

Respecto a la Fe, si yo digo "creo en Dios", por lo menos debería confiar en el y en su plan (que claramente nadie conoce) y en ese caso, la oración para pedir algo es innecesaria. tal vez solo hay que orar para agradecer .

 

Por ultimo, en vez de orar para pedir, mejor usted mismo arregle el mundo. No esperemos que Dios lo haga ..es como esas cadenas de oraciones por facebook que muchos tarados la responden... como si Dios tuviese facebook y Wi Fi

 

 

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Para seguir con el debate ¿qué ocurre si lo que pedimos viene de nuestro propio deseo (necesidad si lo quieren llamar de otra forma)? ¿es acaso algo ilegítimo y por eso podría no obtenerse una respuesta positiva? .. Así tomando en cuenta el ejemplo, la pregunta podría reformularse de la siguiente forma: ¿es ilegítimo que la persona ore por lluvia si no es voluntad de Dios que ore por aquello?

 

Ante todo hay que volver a señalar que Dios siempre responde a todas las oraciones, por cuanto que siempre es Dios quien mueve la oración: la nutre, la impulsa, le da fuerza. Toda oración tiene su origen en Dios, quien, bajo la moción del Espíritu Santo y por medio de Cristo, nos mueve a dirigirnos a él. Así, la oración es siempre una respuesta al Dios que sale a nuestro encuentro interpelándonos, llamándonos a entrar en comunión con él por medio de Cristo en el Espíritu Santo.

 

Ahora bien, lo que recibimos en cada oración será lo que Dios quiera ofrecer y nada más que lo que él quiera. Dios inicia el movimiento de la oración, por eso es él quien decide lo que está dispuesto a ofrecer. El creyente, que precisamente por ser “creyente” es que ora, debe aceptar lo que Dios está dispuesto a regalar si no quiere dejar de ser “creyente” y volverse lo contrario. En toda oración prima el respeto mutuo: Dios permite que el creyente pida lo que quiera (como la lluvia en el caso del agricultor) y el creyente pide lo que Dios suscita en su corazón. La oración es, pues, un acto de comunión, y el resultado de la oración será producto del diálogo entre el creyente y Dios, siendo Dios quien tiene la última palabra, así como también tuvo la primera llamándonos a orar.

 

aquí me surge una interrogante: bajo la premisa que todo lo que pedimos es porque Dios así lo quiere y que responde según es su voluntad, teniendo como resultado una respuesta positiva y en otras ocasiones negativa ¿por qué Él querría que pidiéramos algo que no nos va a dar? El resultado obvio de eso es frustración y por ende pérdida de confianza en Dios....

 

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aquí me surge una interrogante: bajo la premisa que todo lo que pedimos es porque Dios así lo quiere y que responde según es su voluntad, teniendo como resultado una respuesta positiva y en otras ocasiones negativa ¿por qué Él querría que pidiéramos algo que no nos va a dar? El resultado obvio de eso es frustración y por ende pérdida de confianza en Dios.

 

Para dar respuesta a esa pregunta me remitiré esta vez a la Biblia, concretamente, a la oración del huerto de Getsemaní. Allí se ve a Jesús, el Hijo de Dios, orando en momentos de angustia: “Padre, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Como vemos, Jesús no pide que se haga su voluntad, sino que está abierto a recibir lo que su Padre está dispuesto a regalarle. Jesús no exige que se cumpla su propia voluntad. No dice: “que pase de mí este cáliz o, de lo contrario, abandonaré la misión que me encomendaste”. No; Jesús dice “que NO se haga mi voluntad, sino la tuya”. Así es como se ora correctamente.

Ahora bien, yo dije que Dios siempre es el principio y el fin de toda oración: Dios suscita en nosotros el deseo de orar, y nosotros por obediencia oramos. Si esto es así, entonces Jesús, que fue un hombre como cualquier otro, también cuando fue al huerto de los olivos lo hizo porque sintió que Dios “suscitaba” en su corazón el deseo de orar. Jesús, pues, oró lo que oró por obediencia. Y ya que su obediencia durante toda su vida fue perfecta, cada palabra que dijo provenía de Dios.

Ahora llegamos al momento clave: ¿cumplió Dios lo que suscitó en el corazón de Jesús? ¿Pasó de él aquel cáliz o no? Yo opino que sí. Creo que Dios si cumplió la oración de Jesús, porque luego al tercer día lo resucito.

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Para dar respuesta a esa pregunta me remitiré esta vez a la Biblia, concretamente, a la oración del huerto de Getsemaní. Allí se ve a Jesús, el Hijo de Dios, orando en momentos de angustia: “Padre, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Como vemos, Jesús no pide que se haga su voluntad, sino que está abierto a recibir lo que su Padre está dispuesto a regalarle. Jesús no exige que se cumpla su propia voluntad. No dice: “que pase de mí este cáliz o, de lo contrario, abandonaré la misión que me encomendaste”. No; Jesús dice “que NO se haga mi voluntad, sino la tuya”. Así es como se ora correctamente.

Ahora bien, yo dije que Dios siempre es el principio y el fin de toda oración: Dios suscita en nosotros el deseo de orar, y nosotros por obediencia oramos. Si esto es así, entonces Jesús, que fue un hombre como cualquier otro, también cuando fue al huerto de los olivos lo hizo porque sintió que Dios “suscitaba” en su corazón el deseo de orar. Jesús, pues, oró lo que oró por obediencia. Y ya que su obediencia durante toda su vida fue perfecta, cada palabra que dijo provenía de Dios.

Ahora llegamos al momento clave: ¿cumplió Dios lo que suscitó en el corazón de Jesús? ¿Pasó de él aquel cáliz o no? Yo opino que sí. Creo que Dios si cumplió la oración de Jesús, porque luego al tercer día lo resucito.

 

 

Aquí estamos un poco en desacuerdo; Cristo resusitó al 3° día porque esa era la idea desde el principio, pero lo que él pedía en su oración era terminar con su angustia, lo cual sabemos que no ocurrió. En cuanto a la voluntad de Dios, pues sí, se cumplió totalmente.

Por otra parte, citando nuevamente la Biblia, Cristo dice que cualquier cosa que uno pida al padre en el nombre de Cristo, Él lo cumplirá, y nuevamente, sabemos que eso no siempre ocurre (por eso es que se inició este topic :D ); luego, más adelante en el N.T. nos dicen "piden y no reciben, porque piden mal"... entonces ¿cómo se debe pedir? ¿se pide en el nombre de Cristo y luego se le dice a Dios que haga su propia voluntad? en otras palabras, ¿se pide en el nombre de Cristo sólo por si a Dios le da la gana de darnos lo que pedimos en el nombre de Cristo? si es así ¿qué sentido tiene entonces pedir si no hay absolutamente ninguna seguridad que se recibirá lo pedido?

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